RAÍCES Y CAMINOS
"Raíces y caminos"
2014. Estoy embarazada. Me resbalo limpiando la pileta y como no me quieren hacer una radiografía, me enyesan la mano derecha. Se me ocurre que en este descanso de lavar platos y ropa, puedo pintar. No tengo lienzos nuevos, así que agarro una obra vieja. Abro los pomos de óleo con pinzas, las tapas están pegadas. Preparo la paleta. Pintar es como tejer o andar en bicicleta. No se olvida. Ilumino y cubro el pasado... que no es pasado. Pero espero una hija. Mis entrañas estiradas se convierten en raíces. De la copa del árbol ya hay algunas ideas que se desprenden. Me sacan el yeso y vuelvo a la vida de ama de casa trabajadora. Lo vuelvo a abandonar. Doy las últimas pinceladas cinco años después y le pongo mi firma.
Material: Óleo sobre obra del 2008.
Año: 2014 a 2019
"Vacía y llena de mierda"
2008
Hace frío. Es de noche y me encierro en el taller. Tiro líneas, manchas, nunca sé. No soy de esas que se sientan a pintar con una idea en la cabeza. Nunca se me ocurrió hacer un boceto. La tela sabe más que yo. Es simplemente un espejo o una bola de cristal. Que me va diciendo, me va guiando. Aparece ella. Encuentro sus vísceras desgarradas, tironeadas. Su energía que se fuga hacia otros lados. Y los números en su cabeza. Los cálculos de horas por trabajo, la suma del total, pagar la luz, pagar el gas, ir al supermercado, trabajar. Todo lo que sale de mis manos se convierte finalmente en comida para tres. Tengo 23 años y mis obras no llevan mi nombre. Son muñecos que se mezclan en decoraciones inmensas que los niños miran y quieren tocar mientras se sacan fotos con Papá Noel. Salen de mis manos para dejarme vacía. Y llena de bronca.
